Como la flor carnívora me siento Ser.

Y nos estamos soltando las manos.

Y está lleno de otras manos que se alborotan peleadoras por tocarnos.

Y amarrarnos.

Ser más grande que vos me da un extraño poder…

Ser mujer me da un extraño poder.

¿Qué pasa si todo cambia?

Si hoy decido no verte más.

Al anterior le paso igual.

No soporta que otro ocupo ese espacio vital.

Si te digo adiós para siempre, te morirás en mí.

Y cuando hablen de vos, ni voy a escuchar.

Y cando pase por tu casa, sentiré que ya no puedo recordar lo que se sentía.

Al haber pasado por ahí.

Ya no me inmiscuiré en tu muro para que me vean.

Y le pediré a otro amor que se rose en todo mi cuerpo.

Y por las noches rezare a otro Dios.

Y pongo Dios en mayúscula porque en el fondo tengo fe

De que puedo liberarme de todo sentimiento en este

Preciso instante.

No es bueno subestimar.

Si yo digo basta, digo más.

Pareciera que te estoy cerrando las puertas de casa,

Pero la verdad es que estoy cerrando otras puertas orgánicas mayores.

No quiero sufrir más tus descorazonadas.

Soy una mujer con un increíble futuro incierto.

Pero fundamentalmente, con un increíble presente adentro.

Que me brota por fuera.

Todas las mujeres son eso.

La madre naturaleza.

Por eso engendramos.

Y Dios es una bella mujer.

Espero que hayas entendido mi relación con la naturaleza.

A veces me hace ser una planta carnívora como la de Pink Floyd en The Wall.

Te encontraste con una mujer.

Te encierro y te libero.

Estas liberado como un teléfono celular. 
Y buscas no ser mas que eso.

Y yo muy loca avasalladora.

Tenes razón.

Necesito una locura superior.

Que me avasalle por siempre.

No dé a ratitos.

Como lo haces vos.

Violeta de los montes, de la cordillera, del mar, de los charcos, del polvo, de la lluvia, y de quien sabe cuántas cosas más…